BIENVENIDA A LA PÁGINA OFICIAL DE LA Asociación Argentina de cHONGOS

Yo quiero el CARNET!


6 de agosto de 2009

Mi vida Torteril- 9- La Trascendental.

Dentro de las mil y una cosas que una no debe hacer cuando está en este especie de trance temerario de desesperación y desequilibrio mental es contactarse con una ex, porque todo lo que suceda posteriormente estará marcado por la segunda de las dos letras que conforman el monosílabo. El mencionado símbolo es una clara demostración de que estamos cometiendo un error. ¿Más claro mamita? Cuando en el colegio me tomaban examen de sintaxis y yo me equivocaba al subrayar el objeto directo, la hermosa maestra me ponía una “X” y eso quería decir que me había equivocado, mi hermosa maestra me lo estaba queriendo decir desde aquellos tiempos en los que yo era Lucianita.

Lisa y llanamente me estoy excusando por haber ido a lo de mi ex. No sé qué cable se me cruzó, qué neurona no funcionó, pero me entraron unas indescriptibles ganas de hablar con una trascendental. Esa mujer que te marca, aquella por la que empezás a creer en el amor y vivís en un mundo de extremidades perfectas: sufrís y amás como la reconcha de la lora y, con este modus operandi quien te hace deslizar por ese camino de algodón y mierda se convierte en una trascendental. Cuando sentís que existe la posibilidad de deslizarte nuevamente con otra trascendental acudís a la primera trascendental no sé exactamente con qué fin y eso hace el error más potable.

Yo estaba del lado de afuera de la puerta de la casa de Sofía. Ella abrió la puerta, me agarró la cara, me dio un beso en la mejilla y me dijo: “Hacía mucho que no venías por acá”.

Entré a su casa y no sé si era el olor o qué pero había algo que no me resultaba tan familiar como equivocadamente siempre me resultaba. Porque Sofía no era nada mío pero su casa me era familiar, hasta ese momento en el que había algo extraño, no eran minas porque siempre tenía minas y eso no era extraño, de hecho eso era familiar. Había otra cosa.

Sofía se puso a preparar unos mates mientras yo acechaba con la mirada intentando descubrir qué era lo que me estaba llamando poderosamente la atención.

-“¿Qué estás buscando?” Me dice.

-“Nada. Cambiaste varias cosas de lugar ¿no?”

-“Si bastantes y otras las volé”.

Estábamos las dos sentadas en su sillón violeta. Empezó su cebada con espumita y hablamos de boludeces como sucede siempre en la primera hora de encuentro: Los pocos amigos que quedan en común, los chusmeríos de Rosario, su trabajo, el mío, todas paparruchadas. Sofía se estaba moviendo distinto, olía distinta y se veía distinta lo que no me dejaba concentrar para nada en nuestra charla. Entonces comencé con la clásica indagación:

-¿Seguís con la piba esa, como se llama?

-Rocio. Si, se vino a vivir acá.

Me dijo así como medio sonriendo y a mi gusto un poco directa, o sea, tampoco pretendía que diera mil quinientas vueltas para contarme pero tranquilamente una podría haber dado. Mi cara se deformó. A ver, no era el momento para hacerle una escenita a una ex porque eso es una reverenda pelotudez. El punto álgido de esta historieta es que la convivencia había sido un peculiar centro de conflicto entre nosotras y la verdad es que, el efecto que produjo el enterarme que estaban viviendo ahí juntas me deformaba la cara y la convertía en una que tenía un letrero luminoso que decía “la concha de tu madre”.

-¡Que bueno!

Eso fue lo único que pude decir. En realidad yo venía a contarle mis penas y mi tragedia, porque ella siempre dice algo aplicando una natural lucidez que me tranquiliza y libera. Pero en este caso, su presencia me perturbaba el doble de lo que yo ya estaba perturbada. Ella con su carácter de mierda, su frialdad y su incomunicación con el compromiso estaba conviviendo con esta otra y encima olía a felicidad. Me agarró una envidia cruel que me perturbaba más de lo que ya estaba dos veces perturbada.

-“Igual, nada. Ella tiene un laburo en el que viaja un montón así que tampoco es una convivencia hecha y derecha”.

-“¿Maneja un avión?” Mi chiste pelotudo configuró el espacio para que yo pudiese reflexionar un segundo:

¿Hecha y derecha? ¿Qué son esas expresiones en Sofía? El mundo se estaba volviendo contra mí. Resulta que yo vengo a buscar respuestas acerca de los males que me aquejan y me entero de que ésta encontró su relación perfecta ¿Qué onda loca? Vos ibas a estar sotera toda la vida, probando de una y de otra como si las minas fueran gustos de helados puestos en cucharitas o en el peor de los casos ibas a estar conmigo, pero no conviviendo super relajada, cebando mate y cruzadita de piernas.

-“¿Y vos? ¿En que andas?” Me preguntó después de reírse un poco imaginando a su Rocío manejando un avión.

Yo ando con una pelotudita que no sabe qué mierda quiere, que me llama cuando se le canta el orto, que creo tiene novio o algo parecido, que no sé donde carajo vive y que me tiene enganchada hasta la yugular.

-“Nada, hay una minita con la que estamos saliendo, pero nada serio. Me esta ahogando un poco la verdad, no se si va a durar mucho”.

Sofía me miró un instante como me mira ella y me dio un mate. Y fue justo en ese momento en el que me di cuenta que el error de volver con una trascendental no es, como yo creía, el peligro de garchar y sus consecuentes agravios, sino el inevitable encuentro con ese espejo que refleja un container de verdades que la trascendental no te dice pero que están en el ambiente.

9 comentarios:

El Jorobado dijo...

El post es genial, pero quiero destacar dos genialidades:

"Cuando sentís que existe la posibilidad de deslizarte nuevamente con otra trascendental acudís a la primera trascendental no se exactamente con que fin y eso hace el error mas potable. "

"El error de volver con una trascendental no es, como yo creía, el peligro de garchar y sus consecuentes agravios, sino el inevitable encuentro con ese espejo que refleja un container de verdades que la trascendental no te dice pero que están en el ambiente."

Ya soy miembro de tu club de Fans, pero ya me parece que nos estamos quedando cortas...
Deberíamos hacernos remeras de fanáticas tuyas y usarlas en la Marcha del Orgullo.

Mana-T dijo...

La verdad, una grosa. Excelente la narración, y muy buena la historia!
Nos tenés a todas enganchadas en serio, che.

La Hueco dijo...

YO ME OFREZCO PARA HACER LAS REMERAS!
Podrían rezar: "el único chongo que ilumina es el que arde", o un dibujito alusivo a aquer presagio glorioso de gato metiéndose al placard, o...

El Jorobado dijo...

Jajajajjajajaja!!!! Genial, nena!!! Mira que yo lo digo en serio ehhh, vamos a la marcha con las remeras de chongo en vás de desarrollo!!!!

Polilla dijo...

Tremendo post...pero nena!! que sos autodestructiva??? mira...hace lo siguiente...tomate unos cuantos tequilazos y salile a la vida como uno de los toros de san fermin, a ponersela a lo que se te cruce.
Despues de dos o tres "corneadas"...empezas a ver las cosas con claridad.

Unknown dijo...

uyyy este chonguito ya no esta en vias de desarrollo...se convirtio en una mezcla perfecta...chongo y trascendental!!!mmmm excelente...

Unknown dijo...

mmmmm esta chica cada dia escribe mejor....que tenga cuidado Ana

M dijo...

Yo me calzo la remera de "chongo en vías de desarrollo" con todo el orgullo que eso implica.

Excelente post, muchachas. Me engancha terriblemente la forma que tenes de contar. Genial.

Y, te digo, a veces estas historias también son un poco espejos.

Beelén dijo...

es increible leer lo que escribis, te juro :)

Cómo preferís referirte a vos misma o a otras Tortas Chongo?

¿María Elena Walsh ES CHONGO? (pregunta sugerida por una lectora)