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Yo quiero el CARNET!


27 de julio de 2009

Mi vida Torteril 8- Virus

Me levanté deshecha y no por una descomunal noche de libertinaje, sexo y placer sino porque no dejaban de caer de mi nariz cúmulos de secreciones mucosas que presagiaban alguna enfermedad de estas que te postran en la cama, con todo paspado, nada en la televisión y con un nauseabundo olor a “hace mil que no salgo de la cama”.

Momentáneamente descarté el temita de la pandemia loca esta que anda intentando terminar con la humanidad, porque, y esto es algo confidencial, parece que las lesbianas tenemos un chip metido en el clítoris que nos vuelve inmunes a este tipo de virus, así que amigas, tranquilas que hay lesbianismo para rato. Y si se contagian no se trata de un error en mi teoría sino de una dura revelación acerca de su sexualidad.

Benicio no me soportaba, el ingrato prefiere estar en el comedor y dormir en el suelo congelado antes de escuchar a su olorosa ama. No podía respirar, las sábanas estaban arrugadas y me raspaban, no encontraba posición que me resultara cómoda y en la tele había cosas tan repulsivas como mis mocos. Mientras me regocijaba en mi miseria me llegó un mensaje de Macu que estaba viniendo a verme. Si, estaba por venir mi amigota, la que nunca me falla, la que me mima, mi chonguito hermoso. No como Benicio que cuando la corriente tira para mi lado el gato felíz de la vida, pero en los momentos difíciles se va y me deja. Seguramente con una gata me hubiera llevado mejor.

Macu me trajo los chocolates que me gustan y un Sudoku. Pasó a la cocina para hervir el agua de la bolsa y me increpó para que volviera a la cama, yo accedí rápidamente. Desde la cocina me gritó: - “¿Y? ¿Que onda la mina esta?”

-“Se llama Ana”, contesté como ofendida.

No se por que mierda me ofendo pero estoy en esa etapa en la que no me gusta que se le diga mina porque mina me suena mal y a mi ella me suena bien.

Macu hizo un par de chistes de estos que te hacen tus amigas tortas cuando ven que estas medio enamorada y entonces para joderte nomás ponen ese tonito pelotudo que me embola.

Igual es culpa mía porque re doy para el chiste, si Macu me pregunta que tal la minita y yo como torta enamorada le digo “se llama Ana” evidentemente estoy dando pie a la burla.

Estábamos las dos en mi cama cuando empecé a relatarle lo que había pasado hacía dos noches con Ana y lo primero que dijo Macu fue: -“¿Cómo no nos dimos cuenta? ¿Cómo no te diste cuenta?”

A ver ¿donde esta la humildad torteril? Resulta que en mi desventura el único dato relevante pareciera ser la idoneidad para una torta de darse cuenta o no si otra mina es torta?

Creemos que nos la sabemos todas pero no, siempre hay una mina que en su período de confusión y/o inoportuna curiosidad te descalibra el puto radar que crees tener asegurado.

Continué con mi relato.

-“A la mañana se levantó sigilosa, y comenzó a vestirse de espaldas a mi. Benicio comenzó a maullar reclamando su porción matutina de alimento y entonces (muy atrevidamente) le dió de comer. Yo seguía desnuda y simulando estar en el octavo sueño cuando se acercó y me dio un beso. Me dijo que se iba a laburar que después hablábamos”.

¡Macu reaccioná, sacá esa cara de naipe que tenés puesta y decime algo!

-¿Y? ¿Hablaron? Preguntó Macu por preguntar algo.

-“No, parece que esta mina tiene una leve disección entre los significados de hablar y coger. Me dice de hablar y acaricia el gato y se mete en mi baño. Terminamos de coger y me dice Hablamos. Entonces ¿Qué debería entender yo por “hablamos”?

-“¿La llamaste?”

-“Si, la llamé y me atendió un flaco” dije como avergonzada.

-¿Y? le cortaste obvio.

No, le dije hola pelotudito, ¿sabes que yo soy la mina que se esta cogiendo tu ex novia?

-“Si le corté”

Agarré la bolsa de agua caliente, me la puse entre los pies y cuando empecé a sonarme los mocos con el cuarto paquete de pañuelitos de la última hora Macu expresó su sensación acerca del temita en cuestión.

-“Esta mina, perdón, Ana, me suena al virus denominado PCCT (Paki confundida calienta tortas) cuyas proteínas suelen atacar a organismos indefensos propensos a enamorarse. Por eso te enfermaste”.

Macu siguió hablando de sus teorías infecciosas y a mi me empezaron a agarrar chuchos de frío: Y acá había dos posibles opciones, o Macu tenía razón y el temita con Ana me estaba dando fiebre y entonces el virus PCCT estaba comenzando a manifestarse o me había contagiado la gripe H1N1 y entonces, coherente con mi teoría, no soy lesbiana.

Andamos de mudanza

Gente, debido a la intromisión inesperada por parte de mi madre, me he visto forzada a cambiar la direccion de mi blog...

La nueva direccion es:

http://abraxassemudo.blogspot.com/

Sepan disculpar las molestias ocasionadas.

23 de julio de 2009

Me deschaveté

Chongos, me han perdido...Este es el éco de mi saludo que se desvanece en el mas allá. Desde el otro lado, les escribo, del de la locura:

La escencia de un chongo tiene 4 componentes en el ADN de una mujer: 2X y 2Y.
Cada X es un punto de masculinidad. Cada Y es un punto de feminidad.
Las combinaciones que se dan son las siguientes:

XXXX=Chongo extremo.
YYYY=Femm pura.
YXXY=Parece Femm, pero no es nada. Nada es igual a chongo en este caso.
YXXX= Es chongo claramente, pero tiene algo de femm.
XYYY= Indiscutiblemente femm, pero lleva algo de lo no femm en su sangre.
XYYX= Parece chongo pero no es nada. Nada en este caso es igual a chongo.

X e Y son nombres, nombres con que acordamos llamar ciertos valores. Podríamos llamarlos de cualquier manera.
X podría ser igual a Z, Alfa, *, +, o 1. Lo mismo con Y.
Para esclarecer matemáticamente la gradación de la chonguez, daremos a Y el valor de +1, y a X el valor de -1. Tal que:

-1-1-1-1= Chongo extremo.
+1+1+1+1= Femm pura.
+1-1-1+1= Neutro
+1-1-1-1= Chongo promedio
-1+1+1+1= Femm promedio
-1+1+1-1= Neutro

Chongo extremo= -4
Femm pura= +4
Neutro= 0
Chongo promedio= -3
Femm promedio= +3

Tomamos al 0 a las mujeres cuya escencia no ha incorporado un concepto binario del género. Este valor es comprendidio por la terminología "chongo".
Todo valor negativo, es comprendido por el termino "chongo".

18 de julio de 2009

Mi vida Torteril 7- Ana en Casa (Lado B)

Esto es un desquicio, no tiene lógica y no puedo entender porque después de tanta filosofía que le dediqué al tema, nunca se me cruzó la idea de que Ana estuviera esa noche por primera vez con una mujer y que encima esa mujer fuera yo. La respuesta era glamorosa: Ana cogía ostentosamente bien como si se hubiera iniciado en el arte desde el mismísimo momento en el que una hermosa enfermera le cortó el cordón umbilical.

Quizás lo que pasó fue que esa noche no me saqué el casco. Calmate Luciana. Benicio escupí mis pensamientos, maullá, paráte en dos patas, hacé tu gracia. Él estaba tan estupefacto como yo.

Todo derivó en un monólogo de ella en el que aparecían palabras típicas y aburridas: confusión, novio, mujer, placer, familia, amigos. Ciertamente Ana tenía novio, Ana estaba confundida, Ana había tenido una noche de placer con una mujer, Ana no sabía que decirle a su familia y a sus amigos. Estaba tan linda que no me permití aburrirme. Mi ser estaba manifestando una timidez insensata porque las circunstancias me consagraban catedráticamente como paradigma del lesbianismo en todas sus expresiones, sin embargo yo estaba hecha una sedita.

Era tan difícil ese momento. Ana, ¿no podías hablar esto con una amiga? Resulta que mi opinión va a estar notablemente influenciada por las ganas que te tengo, por lo que si por mi fuera te adoctrinaría asegurándote que estar con una mujer es lo mas sublime que existe y que dicho placer no tiene comparación en la faz de la tierra.

No obstante, ojala la vida fuera solo ser lesbiana. Había otras cosas, enamoramientos, histeria, confusiones como la de Ana. La vida de una torta no es color de rosa, ni violeta ni rojo.

Hubiese estado óptimo que Ana me trazara algunas coordenadas de orientación como para que yo pudiese aproximarme a sus claroscuros pensamientos, porque si hay algo real en esta historieta es que la pendeja ésta me rompé soberanamente los esquemas. Siempre. La vi dos veces, pero hasta cuando no está, no me llama, no me habla, desintegra todas las proyecciones que yo pueda llegar a hacer.

Si buenísimo, te peleaste con tu novio, te diste cuenta de que la onda no te va, que estas para otras cosas, que estuviste encerrada con doble llave hasta la noche de la liberación dionisiaca y ahora queres que te cuente secretos.

Me mudé a la casa de mis viejos”. Dijo y cortó la sarta de boludeces que estaba imaginando.

“¿Que? ¿Vivías con tu novio en la casa esa de la loma del orto?

Ana se río así un poco como sobrándome lo que sinceramente me perturbó un poquito, pero estaba tan linda que al toqué se me pasó.

“Si vivo con mi novio, bueno o vivía… pero la casa esa me la había prestado una amiga”

¿Y tu amiga sabía que ibas a llevar a una mina?

A ver Luciana, ¿ podés dejar de hacer estas preguntas pelotudas? ¿Qué importa si la amiga que le había prestado la casa en la loma del orto sabía si iba a llevar a una mina o a un mono titi? Me quejo de que la mina esta me desorienta constantemente y no hago otra cosa que correrme del eje con preguntas pelotudas

“No, no sabía”.

Y ahora es el momento en el que tengo que dejar de conceder, si sigo dejándo margen esta mina se la va a re creer y el error mas grave que se puede cometer en estos casos es dejar a una primeriza que se la crea.

¿Puedo pasar al baño? Me preguntó mientras acariciaba por enésima vez a Benicio.

Ana se fue al baño. Mejor. Era mi momento de pensar fríamente.

La pregunta era increíblemente sencilla: ¿Por qué viniste a mi casa? A hablar. Me re caga con esa respuesta. ¿De que queres hablar? Y esto se convierte en un círculo pedorro.

Cuando estaba con estas ideas circulares escuché la ducha. Si, agua cayendo en mi baño y con Ana adentro. La asociación básica era: sonido de ducha, Ana en al baño, Luciana en el baño. Benicio afuera. Caminé sin ninguna neurona en funcionamiento y con todas las hormonas activadas. Abrí la puerta del baño y cual escena de psicosis la vi. ¿Cómo se desnudó tan rápido?. De espaldas a mi, ya todo se había ido recontra al carajo y todo se había recontra empañado. Estaba toda ahí con el pelito mojado. Ana no quería hablar, o si, pero también se quería meter en mi baño, bueno, al fin y al cabo a estas alturas ¿Dónde no se había metido Ana?. Solo le quedaba mi cama. Y ahí fuimos y no paramos. Esta vez, y visto lo visto, entre las dos modelamos y potenciamos una destreza que ella ya tenía.

Ana se quedó dormida y yo estuve envuelta en ella y en mis introspecciones hasta que apareció Benicio, pegó un salto y se metió en el placard. ¿Presagio?


17 de julio de 2009

La cuestión de la ex -Capítulo 1: Los cruces entre las ex

Hola a todos los chongos y gente que lee este blog. Es la primera vez que escribo, y quiero compartir con ustedes una cuestión que nos compete a todas o casi. La cuestión de la ex. Supongo que dará para varios capítulos, por eso puse "Capítulo 1"

Yo soy lo que se podría denominar la ex universal. Es decir, casi todas las tortas de Buenos Aires y muchas de otros lugares, son mis ex. Me considero una experta en estas cuestiones, así que espero contribuir con esto al bienestar de nuestra comunidad.

Hoy quiero hablar de la controvertida cuestión de los cruces entre las ex.

La ex más más despampanante que tuve, llamémosle Gloria, era una terrible perra, en todos los sentidos de la palabra. Gloria tenía un culo glorioso (prefiero hablar en pasado de las partes corporales de mis ex, justamente por los problemas de los cruces), sin desmerecer el resto de su cuerpo, que como habrán imaginado es la inspiración para el mote que le di con la intención de proteger su verdadera identidad.

Volviendo al culo de mi ex, que no sólo era glorioso en su aspecto sino también en sus características táctiles... el punto es que lo movía de tal forma que era capaz de enloquecer a cualquiera, y lo hacía. Creo que era como un deporte. La mina ponía el ojo en cualquier gila o gil (le daba igual), movía el orto, y listo: la gila (o el gil) caía en su embrujo. Por supuesto que eso no significaba que después le diera cabida a todo el mundo, obvio que para tocar ese culo había que laburar a lo loco, y yo lo logré. Fui la primera, me enorgullece decirlo. Yo, en cambio, tenía ya una larga colección de exnovias. Gloria tenía normalmente un séquito de gilas y giles que revoloteaban como moscas su culo de miel y como es de esperar, en algún momento de mi orgullo chongo al pedo, le quise poner los puntos. Me hice la guapa y ella, como no podía ser de otro modo, usó el encantador vaivén de sus cachas para dejarme de garpe con mi guapura. Y entonces apareció la Pitu.

La Pitu fue uno de los grandes errores de mi vida, un chonguito canchero que gracias si llegaba al metro de altura. No tenía muchas luces ni muchas tetas, pero era muy persistente. Normalmente soy un chongo que no se deja levantar (me gusta laburar), pero la Pitu me agarró muy al principio de mi carrera torteril, además en un momento de debilidad y falta de amor propio (me había dejado mi primera novia... con el agravante de que fue y se-ca-só, SE CASÓ, señoras! eso abatata al chongo más pintado). La Pitu es el famoso chongo oportuno, que gana porque su perseverancia la lleva a estar en el lugar indicado en el momento indicado.

Como se imaginarán, en esta oportunidad también resultó estar la Pitu en el lugar indicado en el momento indicado: es decir, a tres centímetros del culo de la que había sido mi novia hasta hacía tres minutos. La muy perra de Gloria, que percibía muy bien la mezcla de sentimientos de vergüenza y amnesia voluntaria que provocaba la Pitu en mí, no dudó un segundo en: ponerse de novia con la Pitu. DE NOVIA! No se la podía coger y listo?

La Pitu se quería casar, no podía creer ni ella tener las manos sobre semejante minón! Yo me quería matar y matarlas a ellas dos... el sólo recuerdo de esa imagen me provoca náuseas. En ese momento pensé que la situación de que tu ex se vaya con tu otra ex, o que te deje por otra de tus ex, es lo peor que te puede pasar. Después, Gloria volvió. Y eso fue lo peor de lo peor.

13 de julio de 2009

Mi vida Torteril 6- Ana en casa (Lado A)

Viene a mi casa, si así sin preámbulos: Ana me llamó esa tarde y me preguntó sin ningún tipo de pudor si podía venir a mi casa. Si veníte, aunque haya pasado varias semanas martirizándome, tomando infinitas pastillas y garchando como una descocada, no hay problema, Venite. Y luego de cajonear esos pensamientos le respondí igual que a la señorita ombligo. “Si, no hay drama”. Esta historieta de no tener drama para nada me estaba inquietando un poco. Empecé a sentirme tan pelotuda como la primera vez que nos vimos, pero luego entendí que realmente no era una pelotuda como había creído durante todo este tiempo. No quería recurrir a argumentos románticos y trillados pero la inhóspita realidad era que estaba confundiendo el síndrome de la pelotudez con algunos síntomas de enamoramiento cuya mayor manifestación es parecer una pelotuda y actuar condescendientemente como tal.

El hecho en sí era que Ana estaba a punto de tocarme la puerta, de penetrar en mi casa, de acariciar a mi gato, lisa y llanamente de introducirse en mi territorio, cosa que evidentemente me transformaba en un conglomerado de nervios. Ella quería hablar: ¿Con quien querés hablar flaca? ¿Con la mina que nunca entendió que quería decir tu remera? ¿O con quien se hizo incontables pajas mentales (y corporales) con vos? ¿ querés hablar con la que empezó terapia después de pasar una noche con vos y no saber nada al punto de pensar que podrías haber sido producto de su imaginación? ¿o querés hablar con la que ratificó que no eras producto de su imaginación porque te encontró en el facebook? . Que nadie me escuche. Estoy poniendo en exhibición una histeria que no se equipara con mi personalidad, yo no soy así. Vibró mi celular porque cometí el nocivo error de contarle a Macu. En este momento no estoy para llamados, como si mi vida fuera una telenovela y estuviesen trasmitiendo el capítulo del viernes. Sonó el portero y en ese momento se produjo una elipsis que sospecho se debe a lo linda que estaba, se ve que mi cerebro (o las pastillas) bloquearon los primeros minutos de la visita. Ana penetró en mi territorio, acarició a mi gato y se sentó en mi sillón.

“Que lindo gato” dijo.

Si bueno, obvio que mi gato es hermoso pero no estamos acá para debatir sobre la indiscutible belleza de mi gato, estamos acá porque vos querías hablar.

“Si, se llama Benicio” Respondí.

Lo volvió a acariciar.

“Luciana quería hablar con vos porque me parece que te debo una explicación”. Dijo.

Naaaa .¿ te parece? ¿Qué te hizo pensar semejante cosa?

“Si no se, puede ser”. Dije y mire a Benicio que en su lenguaje gatuno me reprochaba las estupidas respuestas.

“La pase re bien esa noche”

Ah si? Menos mal que coincidimos en que la noche fue perfecta y que todo daba para seguirla porque teníamos una conexión de la concha de la lora y porque simplemente estas dotada de una cualidad divina para coger.

“Si, yo también” Dije y me di cuenta que con Ana siempre iba a ser un ente monosilábico.

“Lo que pasa es que nunca estuve con una mujer, me acabo de separar de mi novio”

Ana me sentenció a cadena perpetua. Todos los pensamientos que estaban bombardeando el ambiente dejaron de existir. Se los tragó Benicio. Mi mente quedó inválida. Aunque antes de entrar en ese estado vegetativo dediqué medio segundo a pensar en las recontrapelotudas de mis amigas tortas que me habían presentado a una mina …¿Una mina que? ¿con novio? ¿Primeriza? ¿Heterosexual?. Pero fue solo medio segundo. La responsabilidad no la tenían ellas. ¿Cómo se puede explicar que una mina que nunca estuvo con una mujer provoque lo que provocó Ana esa noche, en esa casa, en la loma del orto y con esa remera? Con la cantidad de mujeres que no tienen la mas mínima percepción de qué hacer frente a otra mujer. Viene ésta, que se las había ingeniado no se cómo para que mis amigas tortas creyeran que era un buen partido para mi y no conforme con tal empresa, acto seguido, se las había ingeniado para llevarme a su casa y hacer que yo fuera su Sensei sin que yo me diera cuenta. Ana era una depravada.

8 de julio de 2009

Chongo matadorrrr

Hola chongos, como andan? Me he propuesto continuar con las Sarasas Asas de mi ánimo menstrual. Sí!!! Por la reivindicación menstrual del chongo, porque NO vamos a seguir ocultándolo bajo una sombra de mentiras y entramados perversos: LOS CHONGOS NOS INDISPONEMOS!!! Basta de silenciarnos!!!! Basta de reprimirnos, digamoslosssss, hagamos grupos en Facebook "yo tambien soy chongo y aunque la gente se sorprenda, MENSTRUO".
Bueno, hoy andamos en un buen día. Tengo el pito emocional asi como grande, erecto, desbordando vitalidad. Cómo por qué? Ni idea... a veces me agarra.
Ayer tal como habíamos acordado ustedes, receptores imaginarios, y yo no fui a la estacion de servicio. Me contuve y fui al kiosco del gordo ese grasiento, que lejos de verme como una mujer-macho... me sigue viendo como un atractivo agujero para su... UPS! Casi me desvío de tema otra vez... je!
Bueno, hoy sí fui. A la hora de siempre, a comprar el Lucky box de siempre y estaban las dos chicas nuevas de siempre.
La de los ojitos clama mi nombre festivamente "María!" María, amor... viniste, hazme tuya... nah, todo eso no, pero dijo mi nombre y empezo a cantar canciones "María", hay muchas asi que canto dos o tres caciones en la parte que decían mi nombre.
Entonces les pregunte como se llamaban. La de los ojitos se llama Agus y la otra no me acuerdo ya, pero hasta hace 5 minutos juro que me acordaba... Guadalupe me parece, sí, Guadalupe.
Entonces dije chau, "chau con sonrisa de galan", cabe aclarar. Y cuando atravesaba la puerta para irme, Agus me gritó "Volveeeee". Y yo me reí y le dije "bueno, mañana vuelvo".
Creo que ya esta lista para que mañana le de mi numero y le diga "mirá, si queres llamame". Pero por ahi lo dilato un rato mas... Besos chongos a todos ustedes, queridos chongos.

7 de julio de 2009

Sarasas de un chongo alterado

Bueno, entregué el parcial domiciliario. Hace 10 días que no salgo de casa, por la porcina... sí, he adoptado como prevención el método de encerrarme en casa a comer hasta aporcinarme. Debe ser todo un plan de Slim. Pero que lo olviden, no me van a reclutar. Los chongos no vamos a Slim. Regla de oro.
Entonces bueno, trabajo desde casa, terminó la cursada de la facu, corté con mi chonga. Sí con la súper héroe, no... Todo bien, simples diferencias numéricas insalvables (edad, no indaguemos). Y bueno, con la puta porcina ando sin sexo, y como y como y encima, saben qué? Me vino.
Me vino y como la otra vez no había O.B. en Coto, me compre los Days. Si, lo Days, que me dan una bronca... Me dan bronca con todos sus colorcitos, acomodaditos, hermosos, una maravilla, podrían ser mielcitas de todos los colores, una abre la caja y es feliz, feliz!!!!
Pero saben qué? No son mielcitas, no... tampoco son sugus. Son tampones. Sí, quiere decir que una esta histérica, hinchada, malhumorada, a menudo con granos, hecha una deformidad...
Y ya no aguante más. Encerrada acá, indispuesta del ovario jodido, histérico, malhumorado. Y ahora sí. Chongos, me van a tener que escuchar.
Y digo escuchar, porque escribo esto, como si se los estuviera gritando:
Basta! Me tienen harta! Me canse de chequear el facebook y que todos mis updates solamente sean spam.
Ahora, voy destapar unas cuantas verdades, por histérica, por indispuesta, por encerrada y por aburrida del facebook. Por todo esto, ahí van:

-Las heterosexuales no se masturban. Que es esa manía social de asociar el placer con lo masculino? Los hombres y las lesbianas se hacen la paja. Las MUJERES no.
-Las lesbianas no son histéricas cuando se indisponen. Si, saben qué? Si. Nos ponemos como locas, insoportables, inaguantables. Basta de pelotudeces, che.
-Los chongos no se indisponen. Nunca un chongo con el arnés bien puesto, va a decir... uy! me duele un ovario. Basta de asociar lo femenino con lo heterosexual.
-El temita del chongo mal bailador. No es que lo haga por desprecio al baile, asociado al rol femenino. Es que nació con una mala herencia genética, es un mal congénito. No tiene las terminales nerviosas que captan el ritmo. Entonces, trata de sentir algo en algún lado, alguna palpitación en algún órgano, que le indique que cuando y como se debe mover... pero como no llega, efectúa movimientos robóticos, espasmódicos... Para más información al respecto, preguntar por Chupotodo en Cachengue Fest.


La acidez producida por la mezcla de yerba de fumar con yerba de beber me hizo mal. Disculpen. Ahora que me acuerdo era otra cosa la que iba a publicar. Me siento muy bien, muy segura, estoy tranquila y relajada. Soy un gran chongo saca-pecho. Descarten lo anterior. Iba a hablar sobre la conquista.

Ayer fui a la estación de servicio a comprar un Lucky Box. Lucky Box en el bolsillo de adelante del pantalón es bien de chongo. Todas te miran el bulto.

Bueno, entonces fui con la misma actitud arrogante que voy a esa estación de servicio, porque siempre pienso que puede haber una chica nueva que me pueda llegar a levantar, algún día me va a pasar. Me tiene que pasar.
Fui con el mismo look lamentable. La cresta despeinada, la ropa de linyera, sin bañarme hace tres días... la estación de servicio me agarra en ese estado... siempre, siempre... Fui y estaban atendiendo dos chicas nuevas, que me habían atendido la vez anterior, que fui a comprar con Mai cuando éramos novias. Ese día además, tenía look de garchada sin dormir.
Bueno, pero esta vez fui sola. Entonces tuve la actitud de siempre. Correcta, educada y seca. Dije hola, que tal?; Por favor; Gracias; y Hasta luego. Pero con cara de antipática. Eso las mata. Haciéndoles notar que no me interesaba interactuar con ellas. Mire para abajo todo el tiempo, pero en dos o tres momentos indicados, levante la vista, con la cabeza gacha y le clave los ojos a la linda. La hice sentir que le clavaba mi mirada, pero en realidad... yo me había clavado en la de ella. Uno, dos, tres...bajar la vista! Repetí la operación unas tres veces, mientras la chica de hermosos ojos me decía que que linda cresta y yo le respondía con un tímido "gracias" y la sonrisa seductora de coté.
Hoy fui de nuevo, en el mismo horario. Si, obvio chongos, guiño... con la esperanza de volver a encontrar a esas dos otra vez. Misma escena repetida. Un Lucky Box. Las dos chicas mirando y sonriendo. La morocha esta buena también, pero vamos de apoco. La miro a la de los ojos. Nos sonreímos. Es obvio que está en vías de desarrollo bisexual. No va a dejar a los flacos nunca. Pero no va a poder resistirse al manjar de la homosexualidad. Me preguntó mi nombre. María, le dije, salude rápido con un "gracias, hasta luego" y me fui. Alerta bisexual significa que si no me hago la interesante, me va a histeriquear. Mañana decidí que no voy a ir. La próxima vez que vaya por ahí le pregunto el nombre. Y en dos o tres veces más, le doy mi teléfono.

Entonces, mientras caminaba de vuelta a casa, pensé que la única manera de tener éxito con las novatas, era actuar en contra del deseo. Lo quería compartir.

6 de julio de 2009

Mi vida Torteril 5- La Señorita Ombligo.

Después de meditar sobre los últimos hechos acontecidos, percibí que era un buen momento para bajarme del mundo, que el tren se pare porque yo me bajo, no quiero saber nada, sigan sin mi que yo los alcanzo.

La manera que elegí para llevar a cabo mi cometido fue improvisada y hasta poco conveniente pero fue la única que se me ocurrió: Saqué el pasaje para irme a Rosario, ciudad en la que residen mis padres, mi perro y mi primera perra. El procedimiento era bastante sencillo: un fin de semana en el cual mamá intentaría modificar mi dieta en dos días y papá me mostraría lo progre que se había vuelto al hablar de las personas homosexuales como si fueran personas normales.

Esa era mi proyección de fin de semana por lo que el viernes me encontraba cual Forest Gump buscando el asiento número 25 y pidiéndoles encarecidamente a todos los santos que no hubiese niños cerca. Afortunadamente no solo no había infantes a la vista si no que el 25 y el 26 estaban vacíos. Así de ermitaña soy. Yo y mi pasillo, mi pasillo y yo.

Me estaba disponiendo a sentar cuando de la nada apareció la titular del asiento 26: una morocha a la que lo primero que le vi fue el ombligo mientras intentaba colocar su mochila arriba en el portaequipaje. Su ombligo me dijo: ¿No me cambiarías el asiento? Ahí fue cuando levanté la mirada, el colectivo comenzó a andar mientras yo pensaba porque me estaba yendo a Rosario y no a la Quiaca le dije: “Si, no hay drama”. Entonces moví mi culito y me pasé a la ventana que se convirtió en la receptora de todas las perversas especulaciones que empecé idear. Si, así como de la nada había salido, de la nada me había re calentado. Opté por extraer de mi mochila un libro que me sirviera para disimular que mi mente siniestra estaba en pleno proceso de detectar si la morocha era o no era.

Mi temperatura estaba subiendo rápidamente, por lo que por segunda vez en la tarde convoqué a todos los santos para que la mina y yo nos diéramos desenfrenadamente durante todo el trayecto. Recreando que leía le di paso a un silencio empapado de deseos pecaminosos. Ella activó su mp3 llevándose a las orejas los auriculares. Todo era tan obvio que me hacia dudar hasta de las señales mas claras que con los años aprendí a descifrar. Es decir, puedo ser una neurótica-depresiva- esquizofrénica pero a la hora de saber si una mina es o no es suelo ser imbatible. Era algo que se olía, estaba en el ambiente, no se puede explicar, es.

No daba para más, era el momento de embestir cual autito chocador. Dejé el libro a un costado, me levanté, comencé a caminar de coté colocando mi culito contra el asiento de adelante, la roce lo más que pude, le clave la mirada y encaré hacia el baño. Mientras yo cronometraba la señorita ombligo apareció acreditando su condición de recontra torta y me arrancó toda la indumentaria como si hubiera estado buscando mi remera durante toda su vida. Evocando a todos los santos, nos dimos de una manera considerablemente virtuosa. La realidad es que este tipo de anécdotas dan mucho para adornar el hecho en si con fantasiosos inventos y exageraciones, pero aseguro que no fue el caso. No tengo que adornar nada porque cualquier cosa que invente resulta incapaz de igualar el sexo que tuvimos. No se que fue. Evidentemente existía algo que la perra de Ana no había llegado a desbaratarme y este sexo ilustre había sido la prueba irrevocable. La señorita ombligo y yo salimos mucho tiempo después, ella se colocó los auriculares y yo volví a la ventana pensando en que pronto aparecería la cara de mi madre preguntándome qué había comido durante el viaje.

2 de julio de 2009

Manual del Chongo

Ante la creciente demanda de información por parte de Tortas que quieren saber cómo convertirse en Chongos, la editorial de la AACH reconoce la necesidad de publicar el "Manual del Chongo".
Ya que la Asociación se encuentra desbordada de trabajo, se solicita a la comunidad torteril la colaboración. Cualquier Torta (aunque no sea chongo) puede enviarnos listas de "reglas de oro", características que consideran indispensables o importantes para que una Torta quepa en la categoría de Chongo, o cualquier otra información que crean útil o necesaria para el Manual.

Los listados o comentarios pueden ser enviados por email a la AACH o directamente como comentarios en el blog.

Muchas gracias por su colaboración

(Efectivamente, ahora publicamos entradas repetidas! Indignate, copate, escribite algo piola)

Cómo preferís referirte a vos misma o a otras Tortas Chongo?

¿María Elena Walsh ES CHONGO? (pregunta sugerida por una lectora)