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Yo quiero el CARNET!


8 de mayo de 2009

Mi vida torteril- 1- La cita y Mis amigas.

Suele suceder que cuando perteneces a un grupo de amig@s y por esas cuestiones de la vida da la puta casualidad de que una no esta en pareja, aquella gente que forma el grupo comienza a buscar en sus respectivas agendas a ver con quien te podes enganchar. Si tu grupo encima es un puñado de tortas encupidizadas la situación es aún peor: no descansarán hasta verte matándote por ahí con la elegida.

Soy parte del patético grupo así que accedí. Ya que previamente había revisado mi agenda y consideré que no era el momento indicado para recurrir al llamado telefónico de “Hola, ¿querrías garchar conmigo esta noche? Si bien lo de mis amigas no distaba mucho de eso preferí renovar el stock.

La cuestión es que las muy tortas me armaron una cita con una piba un par de años menor que yo, que trabajaba en una empresa de turismo y que había terminado una relación duradera. No quise preguntar a que se referían con “duradera” porque muchas de ellas se sienten reales batidoras de record por mantener una relación de siete semanas.

Isa tiene un mapa de la noche porteña en su cabeza, siempre tiene claro cuales son los lugares para cada cosa, es una especie de gps de la noche y la joda. Solo que ahora su gps estaba momentáneamente sin baterías porque se pasaba las 24 horas del día encerrada con la panadera de la cuadra de su edificio. De todas formas Isa se tomó minutos del entretiempo para elegir el lugar para que la piba y yo nos encontrásemos.

Estacioné mi moto y con el casco puesto mire hacia el interior del bar, intentando identificar a mi víctima antes de que ella me identificara a mí. No por nada, simplemente porque soy de primeras impresiones y me gusta ver primero. Ya no podía permanecer con el casco puesto porque iba a acercarse alguien pensando en ayudar a la infeliz que no puede salir de ahí adentro, así que a cara descubierta y sin haber identificado a la piba entre al bar.

Bar típico de Isa. -¿Luciana?. Alguien dijo. No sabría como definirla pero seguro no tenía nada que ver a la torta que yo mi había imaginado haciéndole propaganda a las cataratas de Iguazú. Una remera que tenía algo escrito en japonés o chino pero que tenia toda la onda, unos jeans oscuros que no marcaban nada en particular pero que quedaban geniales y yo seguía sin responder, creo que en ese momento hubiese sido pertinente dejarme el casco puesto. Pasados los segundos que tarde en decir “Si soy yo” Ana, camino adelante mío como para elegir el lugar en donde ubicarnos. Hasta este momento parecía que yo les había dicho a mis padres esa misma tarde que era lesbiana y que además nunca había tocado a una mujer. Parecía una adolescente pelotuda . Hasta que nos sentamos, ella rápidamente pidió dos Quilmes con una casi afirmación de: Cerveza no? Y yo, créanme o no, solo moví la cabeza. ¿Me iba a pasar toda la noche monosilabeando? Cuando se fue la moza me dije a mi misma que si no tomaba las riendas de la situación la piba iba a pensar lo que yo había pensado durante todo el día “esta mina debe ser un fiasco”. Pero la elemental diferencia era que ella tenía pruebas de que efectivamente yo lo era.

Por lo menos que supiera que llevaba casi 15 años de practicar el lesbianismo, que no se lo había contado a mis padres esa tarde y que además tenía una agenda que justificaba mi experiencia en el rubro. Ana tenía 25, así que era hora de ponerme un toque firme y llevarla a mi departamento….No fue posible, la piba me llevo al suyo con mi moto y en la loma del orto. Mi ego quedo debajo de su cama al igual que el resto de mi ropa. Al día siguiente me fui, preguntándome que carajo diría la remera.

5 comentarios:

Tanita dijo...

Estimada chongo en vias...
Me divirtio mucho tu post, muy buen estilo para escribir. Salute!

Rana dijo...

GENIAL, querida! Gracias por compartir semejante experiencia! Beostes y bienvenida!

Vias dijo...

Buenísimo que divierta, cumple la función. Gracias
Es un placer compartir este espacio querida ;)

@n@ dijo...

La verdad, jamás me paso algo tan singular, pro creeme, me gustaria invitarte una cerveza!

edith molina dijo...

Me encantó la simpleza... tuviste la capacidad de hacerme ver lo que contaste.
Muchas gracias.

Cómo preferís referirte a vos misma o a otras Tortas Chongo?

¿María Elena Walsh ES CHONGO? (pregunta sugerida por una lectora)